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En el entorno digital actual, todas las marcas compiten por la atención de los usuarios, sin importar su industria. Para diferenciarse, es crucial construir una buena reputación digital. Este artículo te proporcionará consejos prácticos para lograrlo.
La reputación digital se refiere a la percepción que los usuarios tienen de una marca en internet. Incluye la autoridad en motores de búsqueda, la presencia en redes sociales y la calidad de las interacciones del equipo de ventas con los clientes. Cada factor, tanto online como offline, influye en la reputación de una marca.
No importa si eres B2B o B2C, tu contenido en redes sociales puede ser atrevido (para la industria), divertido y visualmente increíble. Debes saber que aunque segmentes tus pautas, tu público objetivo también está consumiendo a otras marcas en su feed, por lo que tu benchmark no sólo debe incluir a la competencia directa. Es importante que incluyas a tu competencia de atención, los cuales pueden afectar a tu marca llevándola a un segundo plano entre los usuarios.
Nuestro consejo no es que te salgas de tu manual de marca o usar un tono inadecuado, más bien que la información que desees presentar sea fuera de lo que acostumbras. Cuando creas un contenido que normalmente sería monótono, y lo haces en un formato distinto, tendrá muchas más posibilidades de llamar la atención y diferenciarse de las demás páginas.
Así mismo, te recomendamos estudiar bien la red social en la que te encuentras; ésto te ayudará a innovar en formatos y también a saber qué es exitoso y qué no. De esta forma, tu contenido no se verá como pez fuera del agua, y podrá navegar con el flow de cada canal digital.
Actualmente, lo primero que hacemos para saber (en serio) de un negocio es buscarlo en Google, y para aparecer en los primeros resultados de búsqueda lo primero que debes hacer es tener una web. Aunque también implica trabajo de SEO, ¿cómo podrás tener una oportunidad si no tienes una plataforma para optimizar?
Un factor que ayuda mucho a posicionar la web en buscadores es tener un blog. El contenido que creas y publiques ahí, te ayudará a construir autoridad y como consecuencia, ser priorizado entre otras webs. Además, si escribes desde una posición de experto y brindando información de utilidad a los usuarios, te ayudará a colocarte en el top of mind de tu público meta.
Muchas empresas cometen el grave error de descuidar a sus clientes, sin saber que ellos pueden generar más negocios siendo embajadores de marca, entre sus amigos o conocidos. Por eso, cuidarlos siempre debe ser prioridad, desde el servicio al cliente que se brinda, hasta darles continuidad con más contenido u ofertas exclusivas.
Si los haces sentir especiales, seguramente regresarán a ti para otra compra, y sin lugar a dudas te recomendarán con más usuarios. No hay mejores influencers que tus propios clientes, así que esfuérzate por pagarles con personalización y soluciones a sus problemas.
Aunque se piensa que la autoridad y reputación viene sólo del área de marketing, también implica que tu producto o servicio sea de calidad. Nadie creerá en ti, si no cumples con sus expectativas. Asegúrate de ejecutar una estrategia de marketing, que vaya acompañada por una mejora interna.